VIGÑALES
Caminando por las calles de Barcelona un día de sol y de
clima templado, me encontré con la estructura mas maravillosa que jamás había
visto. Se trataba de la Sagrada Familia, la iglesia creada por Gaudi, la cual
comenzó a construirse en 1882 y si bien aún no está terminada, desde hace ya
unos años abrieron sus puertas al turismo permitiendo gozar de una de las
construcciones más importantes de dicha ciudad.
Decidí realizar la visita con auriculares que me vayan
contando la historia del lugar, así podía ver y aprender al mismo tiempo. Al
comenzar el recorrido me topé con una de las fachadas, llamada la Fachada del Nacimiento.
Tenía ilustraciones en todas sus paredes incluso en las puertas y en las
columnas, cada una de ellas te transmitía un mensaje distinto. Al terminar de
oír la explicación de ese sector, la voz que narraba te sugería sentarte en uno
de los bancos colocados a 30 metros de la entrada y detenerse a observar la
construcción. Realmente valió la pena dar esos pasos hacia tras. La vista era
inigualable.
El recorrido continuaba adentro de la iglesia, asique pase
la primer la puerta. Para diseñar el interior Gaudí se inspiró en la
naturaleza, creando columnas con forma de tronco de árbol que convertían el
interior del templo en un enorme bosque de piedra. Tanto el lugar como la gente
que me rodeaba me transmitía paz, algunas sacaban fotos a las increíbles
construcciones, estatuas y vitrinas del lugar sin poder creer lo que estaban
viendo, otras caminaban a paso lento y observaban, y el resto se encontraba en
el centro rezando, algunos arrodillados, otros parados, pero todos muy
conmovidos. Yo me tomé unos minutos para observar el lugar y al mismo tiempo
escuchar la historia, y otro rato para rezar al mismo tiempo que oía una música
propia del lugar.
El recorrido continuaba en la parte trasera de la iglesia,
donde se encuentra la Fachada de la Gloria, la parte nueva la cual Gaudí dejó
los planos para que la diseñaran ya que sabía que no iba a estar vivo para ese
momento. Ese mismo mural poseía un ascensor que te llevaba a un puente que se
encontraba a lo alto de una de las columnas. Al subir pude observar toda
Barcelona desde arriba, realmente fue conmovedor, la vista era alucinante.
Aunque no esté terminada, la Sagrada Familia es un
exuberante templo cargado de simbolismo religioso y debido a que todavía sigue
en construcción, y su fecha de finalización no es conocida aún, cada día la
basílica crece más. Si algún día tengo la posibilidad de regresar al país,
volvería a recorrerla, tanto para conocer las nuevas construcciones como para
revivir las sensaciones que me produjo y recordar sus increíbles fachadas .
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