sábado, 7 de julio de 2012

Muestra de fotoperiodismo en rosario: un lujo que pudimos darnos.

Por Feldman Jazmín

El viento helado que venía del río no me dejaba abrir los ojos. No daba más. Despotricaba contra el clima porque había sol, porque se nublaba, porque había viento, porque hacía frío. Me preguntaba a mi misma por qué justo me había enfermado el día en que todo el grupo había ido a la muestra con la fotógrafa de La Nación. En fín, entré al galpón del Centro de Expresiones Contemporáneas donde se encontraba la 23º muestra anual de Fotoperiodismo Argentino, organizada por AGRA (Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina) y el Sindicato de Prensa de Rosario.  Lo primero que vi fueron unos ojos vidriosos que me miraban. Ojos cansados, tristes, enfermos. Párpados caídos, arrugados, manchados. No quise leer  la aclaración que se encontraba debajo de la foto. Realmente esa imagen valía más que mil palabras. Me corrió un escalofrío  por el cuerpo.
No hubo otra foto que me causara esa sensación, de hecho, me pareció que muchas requerían que uno leyera la aclaración o descripción de la fotografía para realmente entender a lo que éstas aludían. Tal es el caso de una imagen que mostraba  lo que parecía ser un lago, con árboles que sobresalían y cuatro ruedas que flotaban. Me pareció irrelevante hasta que leí al pie de la foto: “inundación de un barrio porteño”. Me invadió la angustia.
Las imágenes habían sido elegidas como las mejores del 2011 en diferentes rubros, había de deportes, de política, de arte, accidentes de tránsito,  animales. Recorri una a una las fotos y debo admitir que no me sentí cautivada por todas ellas (conste mis escasos conocimientos sobre fotografía). Pasé un grato momento que, sobre todo, significó un avance en mi aprendizaje sobre un aspecto del arte, y del periodismo, que pocas veces se tiene la oportunidad de acceder.

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